Hola Luis, te voy a seguir contando lo que pasó después de todo
lo que te conté en el anterior e-mail.
Después
de quedarme en shock, inmediatamente
cogí la tablet que tenía a mi lado y
se la coloqué en la cabeza a la máquina. Rolf enchufó todo a un monitor en el
que tenía varias fotos de caras de gente, pero antes de nada me dio unas gafas
anti-rayos y encendió la criatura tecnológica, encendió todo y escogió una cara
de un hombre.
En ese momento tenía mucho miedo porque no sabía qué haría el
invento, pero, en cuanto se encendió, la cara del hombre pestañeó y nos dijo: -¿SÍ,HOLA,PROBAAANDOOO?- Rolf bajó el
volumen –Hola, seguidme en Instagram y en
twitter @frankiet02, pero, ¿quiénes sois, os sigo?- Rolf le contestó que
era una especie de hombre-máquina, y le dijo cómo cambiar de cara, en ese
momento el monstruo le miró raro y le dijo que necesitaba salir a la calle para
seguir a gente en las redes sociales, pero mi tío abuelo no le dejó, antes
tenía que hacer pruebas para que no se estropee, ¿y qué hizo el invento? No le
hizo caso, salió rompiendo todo lo que se le cruzaba por el medio, sean paredes
o un edificio entero.
Nosotros no reaccionamos porque no sabíamos qué hacer, no
sabíamos si seguirle o apagarle pero Rolf se dio cuenta de que le instaló una
memoria muy capacitada como para ser lo bastante listo, y robó el monitor que
le controlaba y todas sus baterías.
Yo sí hice algo, me quité las gafas y giré la pared para
volver al chalet, fui corriendo hacia
mi móvil y recordé el usuario del monstruo, así que le di a seguir, vi su última foto
que subió más o menos hacía dos minutos y llamé a mi tío abuelo para seguir a
la criatura, ya que en la foto se veía que estaba cerca del ayuntamiento.
Mañana te cuento más que me voy a dormir, adiós,
Claudia